Caminar por la ciudad y no sentirse tentado es casi un imposible. En cada cuadra hay una panadería y, por lo menos, dos cafés - sin contar que dentro de las panaderías también se puede tomar café sentado en mesitas y demás (y en todas hay baño para los clientes.)
Aquí las panaderías ofrecen cualquier cantidad de tipos de pan - además de las baguettes o canillas y los consabidos panes dulces. Los panes los venden enteros, rectangulares, así como los vemos en las películas. Cada quien pica su pan en casa como le provoca; o lo mandan a rebanar ahí mismo en la panadería. Hay panes de trigo blancos, negros, con semillas, con granos enteros,
con hojuelas, con pasas, con chocolate, con
todos los cereales...de todo tipo. Los panes se hornean una sola vez al día y siempre están frescos. Además de estas hogazas de pan, también hay pasteles, scones, muffins, magdalenas, galletas, boller, dulces, pastas, chocolates...En realidad, de casi todo - porque no hay cachitos ni pastel
itos.
Los cafés grandes, son grandes; y los pequeños, son medianos - para nuestros estándares. El café que se sirve en estos lares proviene de centroamérica - Costa Rica, El Salvador, Guatemala - y en algunos casos, de Colombia. Y el chocolate caliente se toma en unas tazas grandes que parecen platos para sopa. Mi café favorito es Café Brennerie y hay una sucursal prácticamente en cada esquina.
Otro lugar que tienta con sus sabores y olores es Deli de Luca. El calzone que hacen ellos es mundial. Aquí también se puede tomar café y comer cosas ricas. (Y lo mejor es que abre 24 horas).
Por lo general, la gente almuerza muy ligero en estas partes y lo hace en alguno de los cafés o en Deli de Luca; y luego merienda temprano, como a las 3pm, con un café, un chocolate y alguna delicia dulce para comer. La cena es en casa y es la comida fuerte.
Es una gran cosa que he aprendido a no comer cada vez que voy a un café porque si lo hiciera, terminaría rodando en lugar de caminando.
Los dejo con algunas fotos de panes y panaderías.